Local en la Plaza Mayor de Salamanca, con dos ideas claras, priorizar las vistas desde el interior hacia la plaza Mayor y sencillez en su diseño. Para conseguir lo pretendido se decide colocar un suelo y techo negro, que enmarca la visión hacia la plaza, pero con algo del relieve para permitir a los paramentos horizontales «vibrar» la luz al interior del local. Al interior la barra, tratada como una sola pieza-escultórica que ordena el lugar y acoge y recibe al cliente.