Local en plena Plaza de la Catedral de Burgos de 300 m2 y dos salidas a diferentes calles. Estamos ante un proyecto con tres condicionantes que conformarían la idea de proyecto. En primer lugar, es un local protegido cuya estructura es la mezcla de piedra, acero y madera. Existe una planta completamente longitudinal con poca posibilidad de iluminación y un interior caótico, donde aparecen una serie de pilares completamente desordenados en el espacio.
Para ello, el proyecto tiene en cuenta la protección de dicho edificio, organiza el interior y marca un ritmo claro, cuyo resultado es un espacio ordenado, homogéneo y bien iluminado. El cliente quería mantener la idea de mesón, alejándose de esta decoración industrial presente en la mayoría de los locales de alrededor, usando materiales naturales como la madera, la piedra y el ladrillo, pero con un tratamiento completamente contemporáneo.
La elección de estos materiales genera un espacio estancial que invita a entrar y quedarse, todos los condicionantes quedan resueltos con el buen tratamiento y conocimiento de los materiales.
