Este proyecto podría definirse con tres palabras; simplicidad, limpieza y blanco. Estamos en un espacio en el que las vistas son inexistentes, por lo que se juega con los huecos verticales en las fachadas que generan un ritmo en el exterior y proporciona limpieza.
Lo particular de este proyecto es el espacio común, la entrada se hace a través de un patio interior que da lugar a los diferentes corredores horizontales y verticales que están completamente abiertos. Con este patio interior se diseña un espacio amable y orgánico apareciendo la forma curva.
En definitiva, este edificio se caracteriza por su sinceridad constructiva a través de materiales nobles como el acero inoxidable, el suelo gris y las paredes blancas.